Gran remera

No lo puedo creer! Un amigo acaba de compartirme una canción que se llama "gran remera". Su letra dice así: 


una gran remera

que las mangas me toquen los codos

que nada me ponga incómoda de más


y la canción dura lo que estos versos repetidos 4 veces. La verdad es que me alucina, porque hoy durante un viaje largo en colectivo hasta la casa de mi abuela estuve escribiendo en las notas de mi celular sobre canciones que expresan de manera sencilla y contundente verdades esenciales: canciones sobre el desamor, el enamoramiento y la desilusión, canciones sobre lo que una encuentra cuando sale a caminar, canciones sobre sentimientos inesperados y universales, canciones sobre detalles que se alojan en la vida cotidiana como brillos, canciones sobre nuestros gustos de helado preferidos, canciones como mensajes que enviaríamos por chat, canciones sobre listas aleatorias de fantasías extravagantes para cumplir durante nuestra vida, como por ejemplo la de cortar una cinta roja de esas que se ubican al final de una carrera. No lo puedo creer! Tuve esta canción pegada durante días en la cabeza sin saber que así se llamaba, que así decía, que así sonaba, que así la cantaban, Mora y los Metegoles, y no tengo idea en dónde la pude haber escuchado, en un bar, quizá? Dónde? Algún video de Instagram que se haya viralizado sobre dos chicas cantándola en el asiento trasero de un auto, de una combi que viaja hacia el mar? O sólo en mi cabeza, ese lugar extraño, indomable y maravilloso? Quizá, quizá, podría ser, todo puede ser! La verdad es que no me esperaba algo así. Siendo las 00:57 de la madrugada no esperaba esto. Es muy probable que todo lo anterior a esto, a este milagro que significa descubrir la existencia de una canción en el mundo, haya sido un sueño. A esto que es descubrirse comprendida en una canción, comunicación, haya sido un sueño, más: una conjetura, la pátina de un cuadro cuyos personajes van cobrando vida, respiran, respiran! Despierto del sueño, sí, estoy despertando, y creo en las hadas, claro que sí, y creo en las buenas remeras, y creo en la incomodidad que cesa, que cede, que acaricia, que se acerca, en una incomodidad que ya no quiere incomodar, que ya no cree incomodar y entonces no incomodará nunca, nunca, nunca más.


Gran remera












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