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Mostrando las entradas de mayo, 2024

Otoño

Empecé el día volcando una taza de té sobre la mesa: se mojaron los libros, se mojó mi nuevo libro de Emma Barrandeguy, se mojaron las sillas y además la mesa, se mojaron mis medias, un suéter, se mojó el piso de madera donde en seguida fue a parar la pequeña lengua de mi ya no tan pequeña, gata. Un recuerdo de instagram me muestra una foto de Ámbar un año atrás parada sobre mi cama con cara de pánico: un año pasó de esa foto, increíble, un año desde sus primeras muestras de afecto, un año desde las primeras muestras de afecto que recibí de parte de una gata viviendo conmigo en la misma casa, solas las dos. El otoño para mí son estas cosas: un accidente doméstico, una conversación a medias, el agua volcada sobre la mesa dejando su seña indeleble sobre los papeles del día, el malentendido, las canciones viejas, el recuerdo, las fotos, el recuerdo de una foto y las fotos sin recuerdos, la caída, el viento, lo que se suelta, la frustración, la tristeza, el color blanco, la piel cuando se ...

Escribir con las manos

  La última semana que pasó me tuvo bastante peleada, incómoda bah, con el hecho de que la escritura sea una artesanía y una manualidad: la otra cara sí, la imaginación sí, la fantasía sí, la posibilidad sí, también, siempre, la de caminar y escribir como quien piensa o se pasea sí, la asociación sí, pero sentarme y con las manos darle forma a las palabras: uf. Además de la inspiración, exista o no exista tal cosa, además de la contemplación y la mirada y la maravilla inexplicable, además de las ideas o de su falta y a pesar de ellas, de la vida que una lleva queriendo que algo suceda y dé frutos, de querer hacerlo (hacer, y dar frutos), además de querer escribir y querer registrar y de hacerlo ya, de tenerlo listo y de tocarlo y de sentirse parte de, digamos, cierta realización: hay que sentarse y trabajar con las manos, sentarse y trabajar con el tiempo, sentarse y trabajar con las palabras, en las palabras y en el tiempo: habitar, elegir, descartar, atravesar, sostener. Todo eso...

Gran remera

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No lo puedo creer! Un amigo acaba de compartirme una canción que se llama "gran remera". Su letra dice así:  una gran remera que las mangas me toquen los codos que nada me ponga incómoda de más y la canción dura lo que estos versos repetidos 4 veces. La verdad es que me alucina, porque hoy durante un viaje largo en colectivo hasta la casa de mi abuela estuve escribiendo en las notas de mi celular sobre canciones que expresan de manera sencilla y contundente verdades esenciales: canciones sobre el desamor, el enamoramiento y la desilusión, canciones sobre lo que una encuentra cuando sale a caminar, canciones sobre sentimientos inesperados y universales, canciones sobre detalles que se alojan en la vida cotidiana como brillos, canciones sobre nuestros gustos de helado preferidos, canciones como mensajes que enviaríamos por chat, canciones sobre listas aleatorias de fantasías extravagantes para cumplir durante nuestra vida, como por ejemplo la de cortar una cinta roja de esas qu...